miércoles, 5 de agosto de 2009

El verano.

Sé que tengo este espacio muy abandonado, pero no me olvido, ni es por falta de ganas o tiempo, sino porque sin más no arrancaban las palabras, ni los dedos sobre las teclas. Debo decir que siempre fui y seré una escritora frustrada, aunque eso no signifique que de alguna manera no lo intente.
La vida sigue al fin y al cabo después de las decepciones y subir las cuestas parece que "cuestan" más pero con el viento a favor, no me puedo quejar, con gente maravillosa rodeandome y gente agradable y amable en mi curro.
Lo que me falta es ponerme morena y poco más, yo como la canción doy gracias a la vida e intento relativizar aunque a veces no me salga, lo reconozco y tenga mis etapas impertinentes que algunos no entienden porque detrás de una carrera de sicología no tiene que haber necesariamente un buen sicólogo.
Lo que tiene estar tanto tiempo sola en verano es que te da más tiempo para pensar y darle vueltas a las cosas, pero cada vez me doy más cuenta que las palabras sean en el contexto que sean, escrito o no, quedan ahi y somos esclavos de ellas pero eso al final, ¿es malo? Ya lo decidiré.
Dedico una vez más este espacio a Ese, sobre todo porque es el que espera verme escribir y me anima a hacerlo.
Ese: Estamos en un buen momento o no, sea lo que sea: ¡vivamos!
Vayamos de romerías.
Besos a todos.